jueves, 14 de enero de 2010

Praga, febrero 2007




La primera impresión que tuve de Praga fue mala, muy mala: la encontré fea y me dio miedo. Llegamos a las 5am, a finales de enero o principios de febrero del 2007, pleno invierno, terminal internacional de autobuses Florenc, luego de haber viajado toda la noche desde Budapest, by Eurolines line.

En principio teníamos que esperar en el terminal hasta las 10am a un "amigo de una amiga de nuestra amiga" él que nos llevaría hasta el depto donde nos hospedaríamos y nos pasaría las llaves de éste... Laaaaaaaargas 5 horas, frías, en el terminal de autobuses más feo que pueda existir... Florenc... lleno de homeless, olores extraños... frio y más frio, alrededores extraños y gente rara que nos miraba raro.

Por fin eran las 10am, corriendo, fuimos a llamar al "amigo de una amiga de nuestra amiga" y nada, no respondía, miles de llamadas perdidas, ufff. Esperamos en un McDonald (un lugar neutro, seguro mucho mejor que el terminal) que hay debajo de un puente (ahora cuando paso por ahí me acuerdo de nuestra desesperación y me da risa y nostalgia)... y no sé, creo que esperamos ahí 2hrs, nos aburrimos, agarramos nuestras maletas y nos fuimos a la dirección que teníamos del depto de la amiga de nuestra amiga.

Muchas veces he sentido pánico, pero esa vez fue memorable, era como una pesadilla hecha realidad... calles oscuras y feas, cruzando un túnel largo y desolado, no andaba nadie, era como caminar por los suburbios más tétricos de Santiago pero sin saber donde llegarías, sin saber nada de nada. Después de correr un rato con las maletas escapando de unos "flaites" que nunca lo fueron... llegamos al depto, pero nada... no teníamos las llaves y no teníamos contacto con el chiquillo (a todo ésto, había un tranvía directo hasta ese lugar que no sé porqué no tomamos)... Anyway, entramos a restaurant cercano para poder respirar tranquilas y pensar qué haríamos, porque claramente la opción del depto ya no iba.

Con la inteligencia que nos caracteriza, decidimos que la mejor opción era ir a un "cybercafé" (que añejo suena eso!!!) a buscar hostales cerca de donde estabamos para hospedarnos, también ibamos a escribirle un correo con improperios al pastelito del amigo de la amiga de nuestra amiga y pa´ echarle la foca y de pasá para encontrarme con Vasek y contarle nuestra aventura en su estúpida ciudad (y para ver si atinaba a mandarnos a su casa, mínimo)... mi pastelito lindo no atinó (hombre); encontramos una hostal que era medio rara con una vieja media trucha, pero cuando nos disponíamos a pagarle y a odiar la ciudad forever y a jurar que no volveríamos en la vida, ring!! suena el celu con don "Jara" diciendo: "I´m sorry, I was so drunk in the morning, I´m going right now there to give you the keys, I´m sorry" = Regreso del alma al cuerpo = Felicidad!, no había nada que disculpar, lo amabamos...

Al final nos quedamos 5 días en Praga, descansamos, lavamos ropa, comimos comida casera y descansamos más, 3 días en eso y recorrimos la ciudad sólo 2 (qué tanto habría que mirar?, si con el terminal de autobuses nos quedaba claro de que estabamos hablando...)

En ese momento no se me ocurrió nunca que vendría a pintar el mono acá (a vivir acá), ya son casi 3 años de eso, de la primera impresión, impresión que por supuesto ha cambiado, en general todo ha cambiado, así como decía Violeta y Mercedes no? :-), aunque quizás sólo han cambiado las circunstacias, creo que nosotros seguimos siendo los mismos siempre, estoy convencida de eso .. Saludos!!

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